Por el camino de Buenos Aires Texalpan (a manera de prólogo)
A Rosalía Paxtián Antemate
A mi familia
A Mario Xolo Velasco
A Juan Andrade Xolot, in memoriam
En agosto de 2013 volví a San Andrés Tuxtla después de
diez años de haber llegado a Xalapa para estudiar Lengua Francesa y Lengua y
Literatura Hispánicas en la Universidad Veracruzana.
Coincidió con mi regreso la impartición de unos “Talleres vivenciales del son
jarocho de Los Tuxtlas” en Casa de Cultura, donde aprendí, entre otras
cosas de gran valor, que en Texcaltitan todavía se hablaba “el mexicano”. Días
después supe que mi papá conocía en Buenos Aires Texalpan a un señor que
también lo hablaba y que si quería podía presentármelo. Así conocí a tío Mario
Xolo Velasco[1], a quien debemos esta Gramática
de la lengua nahua de San Andrés Tuxtla.
El proceso para llegar a este libro tuvo diferentes
etapas y aprendizajes colectivos. Mi motivación inicial era aprender de Mario la variante nahua de mi tierra; la de Mario era escribir un manual para enseñar
su idioma. Acordamos ayudarnos mutuamente y en varias sesiones fuimos
aprendiendo, por mi parte, expresiones básicas de la lengua mexicana; mientras
que Mario asimilaba fundamentos de lingüística nahua que le permitieron trabajar
más adelante en autonomía. Algunas sesiones quedaron registradas en videos
cortos donde él habla su idioma y traduce al español lo que dice; en otro conversa con Andrés Bustamante, vecino y amigo de Buenos Aires Texalpan, o bien
hay uno más donde Mario toca en su jarana tercera un son jarocho acompañado por
la lluvia de esos días.
En 2013 yo había puesto en sus manos un conjunto de
gramáticas y vocabularios correspondientes a diversos dialectos nahuas que
pudieran servirle de modelo para su proyecto. Le resultó especialmente útil la Gramática moderna del náhuatl de
Tehuacán-Zongolica (Andrés Hasler, 2001), en virtud de la enorme semejanza
dialectal entre Los Tuxtlas, la sierra de Zongolica y la región de Tehuacán. A
pesar de la cercanía geográfica entre Los Tuxtlas y las comunidades nahuas de
Mecayapan y Pajapan (en el sur de Veracruz), estos últimos dialectos son tan
distintos del que habla Mario, que los materiales publicados acerca de
ellos no le funcionaron como modelos para su trabajo. Históricamente, Los Tuxtlas pertenecieron al área de influencia de
Tlaxcala, separada por una frontera con Coatzacoalcos a la altura
del Lago de Catemaco. Hacia ambos lados de la frontera habitaban grupos nahuas
muy distintos, lo cual explica las diferencias dialectales. Del Paso
y Troncoso (Papeles de la Nueva España,
1580-1582, V, “Relación geográfica de la diócesis de Tlaxcala”, p. 6) publica
la “Relación de Tuztla” de Juan de Medina, quien dice que los tuztecas “tenian
guerra con algunas gentes que venian de hazia la parte de Guazaqualco”. En el
momento de la conquista española el antiguo territorio sujeto a Tlaxcala, que
incluía a los señoríos nahuas de Toztlan y Tochtepec (Tuxtla y Tuxtepec), ya
era tributario de Tenochtitlan (lámina 46 del Códice Mendoza). Entre la región
de Tehuacán-Zongolica (que abarca hasta el pueblo nahua de Teopoxco, Oaxaca) y
los antiguos señoríos de Toztlan y Tochtepec se interpone la breve distancia de 150
kilómetros en línea recta atravesada por la sierra mazateca. Estos datos pueden ayudar a comprender la distribución geográfica de la variante y su relación con las demás.
En mayo de 2014 tuve que volver a
Xalapa y no pudimos continuar con las sesiones de enseñanza y aprendizaje de la
lengua mexicana. Esto, sin embargo, no impidió que Mario siguiera aprendiendo
de manera autodidacta y que por iniciativa propia lograra que le dieran un
espacio en escuelas secundarias de la región para enseñar la lengua mexicana a
niños y adolescentes, cuyos abuelos son o fueron hablantes. Esta labor docente
reanimó en él su interés por escribir un manual que lo ayudara en sus clases.
Así, en julio de 2017 me dijo mi papá que Mario quería verme para retomar el
proyecto del libro. En esta ocasión llegó a mi casa con varios apuntes
donde ya señalaba “pronombres, adjetivos, adverbios, verbos, vocabulario…” y
quería que los ordenáramos para lograr el manual. Hay que señalar aquí que el
trabajo autónomo de Mario Xolo Velasco hizo posible la sistematización de esta Gramática, pues a partir de otras
elaboradas por el maestro Andrés Hasler, Mario comprendió el procedimiento y
comenzó a escribir apuntes donde ya se esbozaba su gramática. Antes de volver a
Xalapa le pedí a Mario que me dejara sus notas y le dije que buscaría la
asesoría del maestro Hasler. No hay que olvidar que Juan A. Hasler[2], padre
del maestro Andrés, fue pionero en los estudios nahuas de Los Tuxtlas, de modo
que desde el primer momento el maestro se involucró gustoso en el proyecto.
A partir de febrero de 2018 fijamos con el maestro Andrés Hasler horarios
de trabajo en aulas de la Facultad de Letras Españolas y de la Facultad de
Antropología de la Universidad Veracruzana, donde nos dimos a la tarea de
transcribir los apuntes de Mario Xolo Velasco. En varias ocasiones nos
acompañaron en esta labor Jaime Barrientos Tapia de la Facultad de Letras y
Juan Luis Gabriel Ramírez, de la Facultad de Antropología, quienes también se
han interesado en el proyecto y lo han apoyado, así como Fidel Carlón Solís,
licenciado por la Facultad de Letras Españolas.
La localidad de Buenos Aires Texalpan fue fundada en
octubre de 1926 y poblada a partir de 1931 por ejidatarios de Texalpan. Forma
parte del municipio de San Andrés Tuxtla. Mario Xolo Velasco nació ahí y ahí aprendió
la lengua mexicana de sus padres, tíos y abuelos. En el censo de 2005 se
registró que solo el 0.3% de la población de San Andrés Tuxtla hablaba el
idioma nahua. Sin embargo, solo 120 años atrás, en 1885, el 60.79% de la gente
hablaba la lengua mexicana en el antiguo cantón de Los Tuxtlas, que comprendía
a los actuales municipios de Santiago, San Andrés y Catemaco. La sensación de
pérdida es mayor si se toma en cuenta que hacia 1746, en la jurisdicción de
Tuxtla, el 98.4% de las familias registradas era hablante del mexicano. En 139
años, de 1746 a 1885 el 37.61% de la población dejó de hablar la lengua; pero
en 120 años, de 1885 a 2005, prácticamente la lengua mexicana de Los Tuxtlas
fue reducida a un puñado de hablantes. No es aquí lugar para el análisis ni
para aventurar hipótesis, pero sí para advertir que durante el siglo XX algo
ocurrió en Los Tuxtlas que hizo que casi la totalidad de la gente de apellidos
como Xolo, Chipol, Chapol, Xala, Chigo, Chiguil, Paxtián, Chagala… dejara de
hablar su lengua. Los topónimos, como se verá en esta Gramática, son abundantes y gran parte del vocabulario para
plantas, animales, comida o acciones del español de Los Tuxtlas proviene de la
lengua nahua. Otro rasgo que salta al oído es la musicalidad (prosodia) del
mexicano presente en el español de la región. Para ese tipo de estudios también
será de ayuda conocer la lengua mexicana de San Andrés Tuxtla.
Ahora bien, ¿desde cuándo se habló la lengua nahua en San
Andrés Tuxtla? Desde la lingüística y la historiografía se puede afirmar que antes
de la presencia mexica, pues el nahua de Los Tuxtlas es más antiguo que el llamado
“náhuatl clásico” de las gramáticas de los misioneros –Andrés de Olmos, Alonso
de Molina, Horacio Carochi. Así, se advierte desde el inicio de esta gramática
que en el nahua de Los Tuxtlas no hubo de manera predominante, por ejemplo, el sonido “tl”, con
frecuencia asociado desde el desconocimiento con un náhuatl “correcto” o “más puro”.
Hacia 1521, la provincia de Toztlan era tributaria de los señoríos de Tlacopan,
Texcoco y Tenochtitlan, como se puede advertir en la lámina 47 del Códice
Mendoza; pero la lengua de Toztlan, aunque nahua, no era la lengua de los
mexicas. En tiempos de la colonia, la provincia de Tuztla formó parte del
Marquesado del Valle de Oaxaca, propiedad de Hernán Cortés, quien fundó
Santiago de Tuztla y en tiempos del México independiente la provincia se volvió
el Cantón de Los Tuxtlas. Durante todos estos años hasta la ascensión de San
Andrés Tuxtla a la categoría de ciudad en 1893 se siguió hablando la variante
nahua de Los Tuxtlas, distinta de la tenochca en sus rasgos esenciales.
En 1993 San Andrés Tuxtla celebró sus primeros cien años
como ciudad. Dentro de los festejos del centenario el Instituto Veracruzano de
la Cultura reeditó en tres tomos la Historia
de San Andrés Tuxtla de León Medel y Alvarado y reunió en dos antologías, Lira de San Andrés y de Los Tuxtlas y Cuentistas de San Andrés Tuxtla, la
producción literaria de la región. Yo tenía diez años cuando supe de esa
historia que me fue complicado entender. Tenía veintidós cuando en Xalapa
conocí las antologías literarias y ya había cumplido treinta cuando supe que
todavía quedaba gente en la región que hablaba aquella lengua de la que se olvidaron
los festejos oficiales del centenario. Tampoco importa, ahora podemos celebrar
que esta Gramática de la lengua nahua de San
Andrés Tuxtla existe. Sabemos que todavía no es aquel Manual que tío Mario necesita para enseñar su idioma, pero es un primer
intento, en el siglo XXI, por recuperar la palabra que aquí se oía y desde ella
volver a hablar y a escribir y, ¿por qué no?, empezar a crear.
José Miguel Barajas García
San Andrés Tuxtla, Ver., julio de 2019
Año Internacional de las Lenguas Indígenas
[1] En la región se utiliza "Tío" y "Don" para decir "Señor" y "Tía" y "Doña" para decir" Señora". "Tío" y "Tía" expresan mayor familiaridad y cercanía con la persona, mientras que "Don" y "Doña" mantienen cierta distancia y mayor solemnidad. Ambas formas manifiestan respeto.
[2] Juan A. Hasler: Estudios tuztecos y de la región olmeca, Universidad Veracruzana,
Xalapa, 2003.
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